De dónde venimos
- Venimos de la militancia de cercanía asociada a las problemáticas emergentes en la Escuela, el baby, el barrio, el cuidado de las aguas, costas y sierras.
- Venimos de resistir la tentación de depositar la responsabilidad de los problemas en los demás, la tentación de la mirada escéptica y derrotista.
- Venimos de conocer, explorar y valorar el aporte que hacen los cambios en nuestra conducta individual y las redes de acción colectiva de las que somos parte. Pero también de conocer sus limitaciones.
- Venimos de evitar acostumbrarnos a la desigualdad, la concentración de riqueza y poder, la privatización de lo que es de todas, la especulación, la impunidad, el clientelismo y la depredación de la naturaleza.
- Venimos de la porfía, de la convicción de que el destino está abierto a lo que seamos capaces de forjar organizadamente.
- Venimos de sacudir la modorra intelectual, sabiendo que para cambiar la realidad hay que conocerla.
- Venimos a estudiar, conversar, sumar perspectivas para afinar nuestras convicciones y calidad de propuestas.
- Venimos de concluir que nuestra generación necesita construir sus propias referencias organizativas y políticas para potenciar el impacto de sus fuerzas.
A dónde vamos
- Vamos organizándonos horizontal y democráticamente, intentando sumar cada vez más personas de la mayor diversidad posible.
- Vamos a ensayar una organización política comunitaria, donde el ida y vuelta entre la vida social, lo político y la institucionalidad pública sea el mecanismo de construir síntesis transformadora para solucionar problemas.
- Vamos a intentar que la política institucional potencie la acción social el día después, más que sustituirla o debilitarla. Toda trinchera de militancia vale igual para el desafío compartido de edificar una mejor civilización.
- Vamos a participar de las elecciones municipales porque, a pesar de las contradicciones y limitaciones, queremos profundizar la democracia, la descentralización y la participación ciudadana. Sólo bancándose la herencia, se junta fuerza para cambiar las reglas de juego.
- Vamos a competir electoralmente porque son las reglas de juego, pero pretendemos hacer una política generosa, cooperativa, respetuosa, sabiendo que el día después somos vecinos y vecinas construyendo el territorio. Nos importa sumar miradas, capacidad y fuerza a un proyecto común para el territorio que no deje a nadie afuera y que cuide el entorno natural privilegiado del que disfrutamos.
- Vamos a abonar una ética donde el interés general se ponga encima de la ambición particular, supere las desigualdades estructurales, priorice el acceso al hábitat, el desarrollo turístico sostenible, la promoción de la economía social y solidaria y la conservación de los bienes comunes.
- Vamos caminando a ensayar socialmente formas de cultura y economía donde el centro no sea el lucro sino la vida humana, la alegría y la belleza, donde podamos experimentar formas de estímulo no exclusivamente económicas para hacer algo útil y donde el valor de uso de los bienes y servicios ponga los límites del crecimiento económico junto con una ética humana y ecológica radical.